4 de julio de 2008

STALIN Y EL CAMPO (Kisner está haciendo lo mismo) Impuestos y Pobreza

« El camppo va a perder carro, caballo y montura


El imperio del mal que construyó Stalin se basó en la apropiación de larenta agraria. ¿Algún punto de contacto con el proyecto kirchnerista?
Cuando en 1924, Iósif Vissariónovich Dzhugashvili –el sanguinario déspotasoviético más conocido como Stalin– fue designado secretario general delpartido, se propuso un objetivo delirante: acumular poder y someter alpueblo ruso por medio del terror.
Desde el principio comprendió que el gran obstáculo para su proyecto demegalomanía iban a ser los campesinos de “las tierras negras de Ucrania”,una de las más feraces planicies del mundo junto con “la pampa argentina”.
Viajeros de la época testimoniaban: “He atravesado Ucrania y descubiertouna maravilla: es un inmenso jardín agrícola en pleno rendimiento y deuna belleza natural inenarrable, las parcelas de tierra estánadmirablemente irrigadas y cultivadas con cosechas que la paleta delmejor pintor no podría repetir” (1).
Las razones del odio de Stalin fueron explicables. Los kulaks o pequeñoscampesinos propietarios de la tierra eran personas independientes. Quientiene una propiedad y puede explotarla para conseguir una renta se aferraa la tierra porque obtiene independencia económica y sólo con ellaadquiere libertad política para no someterse a los caprichos del déspotade turno.
En consecuencia, decidió aplastarlos y “liquidarlos como clase social”mediante la expoliación de la producción rural y la obligación legal deseguir sembrando para asegurar la alimentación, a bajo costo, de lostrabajadores de la industria pesada y los soldados del ejército rojo. Conla picardía propia de un “agitprop” (activista político que nunca sehabía ganado la vida trabajando), Stalin no quiso expropiar la propiedadsino quedarse con la renta agraria, de manera que podía convertirlos ensiervos de la gleba.
Pero, los campesinos rusos que explotaban la tierra de sus ancestros seresistieron a verse denigrados y despojados del fruto de su trabajo. Seopusieron tenazmente a entregarles el ganado y el cereal de sus campos.Organizaron la resistencia, escondieron las cosechas en silossubterráneos protegidos con telas embreadas con alquitrán y bloquearonlos caminos para evitar el saqueo de sus productos.
Ello enfureció al déspota Stalin quien decidió recurrir a la fuerza brutay desencadenó una violenta campaña propagandística contra el campoacusándolos de egoístas, ricos oligarcas, subversivos y enemigos delpueblo soviético. No pudo enviar al ejército rojo para reprimirlos porqueestaban dispersos en una multitud de pequeños lugares y el ejército seagotaría en una infinita serie de minúsculas batallas. Entonces organizófuerzas de choque compuestas por milicias dirigidas por comisariospolíticos. Pero además dispuso matarlos de hambre. Comenzó por acusarlosde violar una ley absurda que establecía como delitos graves: a)suministrar datos falsos en las declaraciones juradas, b) venderclandestinamente los cereales y oleaginosas, c) consumir en formaparticular el propio ganado, d) resistir la entrega de la producción alEstado y e) negarse a sembrar o cosechar los productos exigidos por elgobierno.
Las medidas fueron en aumento. Requisó toda la producción agrícola y elganado alegando que no aseguraban el abastecimiento de las poblacionesurbanas.
En un documentado libro (2) pueden verse centenares de fotografíasescalofriantes (de 1932 a 1933) donde casi diez millones de personasfueron deportadas a campos de concentración en Siberia, en los queperecieron una tercera parte. Enfrentados a la propaganda soviética y ala irracional batalla, muchos kulaks se rebelaron incluso matando a lasautoridades políticas locales. Pero el éxito de los agricultores fuebreve. El ejército rojo comandado por comisarios políticos fue enviado aahogar la rebelión agraria. La policía secreta GPU inició una campaña deterror para abatir el ánimo de los rebeldes. Cuando los propiosdirigentes locales del partido comunista pidieron a Stalin un poco declemencia, éste les respondió ordenando exterminar a esos dirigentes conla pena de fusilamiento y convirtió a Ucrania en un inmenso campo deconcentración.
La policía secreta Checa -luego GPU- más las brigadas de choque enviadasdesde Moscú aterrorizaron a los campesinos haciendo inspeccionesaleatorias en los campos y requisando todo cereal o ganado queencontrasen, considerados ahora propiedad sagrada del Estado soviético.
Los milicianos que atacaban a los campesinos constituían el “lumpenproletariat” y eran reclutados entre los miserables de las ciudades y loskomsomoles soviéticos.
Una famosa ley promulgada el 7 de agosto de 1932 establecía la condena de10 años en campos de concentración a menores de edad o la pena de muertepara los adultos, por cualquier ocultamiento, robo o disposición de laproducción socialista. Se la conoció como la “ley de la espiga” porquelas personas eran condenadas a muerte por haber consumido espigas detrigo o de cebada de sus propios campos. Cualquier productor rural quecarneara un cerdo de su propiedad para alimentar a su familia eraajusticiado inmediatamente.
El efecto no podía ser otro que un abandono masivo de las explotacionesrurales y una hambruna extendida por todo el país entre 1932 y 1933.Millones de personas murieron porque no había comida. Las fotografías dela época muestran a miles de niños con aspecto esquelético y el abdomenhinchado, sin fuerzas para caminar. Las madres rusas (3) abandonaban asus hijos en los vagones de trenes que iban hacia Moscú, Kiev,Stalingrado y Leningrado con la esperanza de que alguien pudieracuidarlos y darles comida.
Aquellos adultos que tenían el vientre hinchado por el hambre erantransportados en trenes de mercancías hacia el campo y abandonados acincuenta kilómetros de las ciudades de manera que se murieran sin que selos viera. A la llegada en los lugares de descarga, los milicianosexcavaban grandes fosas y tiraban los muertos de los vagones.
Los ucranianos tuvieron que comer raíces, perros, gatos, ratas, pájaros yalbóndigas de papel de diario hechas digeribles con levadura de cerveza.Incluso se dieron casos de canibalismo que provocaron la sanción de unaley inédita que prohibía a los adultos comerse a los niños o a mayoresvivos. Diariamente perecían 25 mil personas. Los países civilizados deoccidente, horrorizados, pretendieron enviar una ayuda humanitaria, peroel sanguinario déspota de Stalin confiscó las cargas de alimentos y lasdestinó a la clase dirigente.
En dos años las unidades productivas del campo se redujeron a la mitad ytanto la agricultura como la lechería, ganadería y produccionesregionales se hundieron en un profundo marasmo. La expropiación de lasmejores tierras de Ucrania y Rusia produjo inmensas pérdidas, pero lalocura de Salín hizo proseguir el exterminio sin la menor piedad yterminó liquidando la clase de campesinos propietarios, instaurando loskoljoses o sea colectivizando la tierra a cargo de secuaces designadospor el gobierno. La industria -que nunca había sido solidaria con elcampo- comenzó a desarrollarse sobre su cadáver y destinó su producción afabricar armamentos, aviones y blindados para las fuerzas armadas.
En los archivos presidenciales de Stalin, recientemente abiertos alpúblico, existe el testimonio del comisario político Mijaíl Shólojov(clasificado con el nº 45-1/827-7-22) donde informa al déspota: “CamaradaStalin. En el mes de diciembre aceleramos la campaña y dispusimos: 1ºrequisar los cereales que tenían en los graneros, incluido el anticipoentregado para simiente de la próxima cosecha 2º como los campesinosenterraban el trigo y el girasol en silos subterráneos dispusimosaplicarles dos tipos de penas: el método del frío y el del calor. 3º Elmétodo del frío consiste en desnudar al productor en pleno invierno yponerlo al fresco en hangares. A menudo lo hemos hecho con grupos decentenares de kulaks. 4º El método del calor consiste en rociarles lospies y las faldas con keroseno y prenderles fuego, después se apaga y sevuelve a empezar. 5º Una variante la hicimos en el koljoz de Napolovski,un tal Plotkin “plenipotenciario del comité local” obligó a los colonosinterrogados a tenderse sobre una placa calentada al rojo vivo, despuéslos descalentábamos encerrándolos desnudos en el hangar. 6º En el koljozLebyazhenski pusimos a los campesinos a lo largo de un muro y simulamosuna ejecución. Así y todo el resultado no fue muy bueno”.
La respuesta de Stalìn, fechada el 6 de mayo de 1933 de puño y letra, noes menos estremecedora:”Querido Camarada Shólojov. Esta es una cuestiónverdaderamente política y por eso hay que saber ver el otro lado de larealidad. Y ese otro aspecto es que los respetados trabajadores ruralesde su distrito están en huelga y llevan a cabo un sabotaje porque estándispuestos a desabastecer y dejar sin pan a los obreros y al EjércitoRojo. El hecho de que este sabotaje sea silencioso, y en aparienciapacífico, no cambia en absoluto el fondo del asunto y es que losrespetados trabajadores están llevando a cabo una guerra de zapa contrael poder soviético y eso, querido camarada Shólojov, ésta es una guerra amuerte. Que siga usted bien. Le estrecha la mano. Suyo Iósif Stalin”.(Clasificado con el nº 3-61/549-194)
Esta pesadilla de terror sucedió hace 70 años, por obra y gracia de unsanguinario déspota que se autoproclamaba “progresista y proletario”.Finalmente, ese imperio del mal se derrumbó solo, sin que nadie loatacara. La locura humana no tiene límites cuando quiere acumular poder ypretende poner de rodillas a todo el mundo. Sólo la muerte pone unpiadoso final a tanta desolación. ©

www.economiaparatodos.com.ar<http://www.economiaparatodos.com.ar/>*Antonio I. Margariti* es economista y autor del libro “Impuestos ypobreza. Un cambio copernicano en el sistema impositivo para que todospodamos vivir dignamente”, editado por la Fundación Libertad de Rosario.(1) F. Kupferman. “Au pays des Sovietes, Le voyage français en UnionSoviétique”, Gallimard, París, 1939.(2) Stéphane Courtuois y otros, traducido al español, “El libro negro delcomunismo, crímenes, terror y represión” , Édit. Robert Laffont, París,1997, Espasa-Calpe, Madrid, 1998.(3) A. Graziosi. “Lettres de Kharkov, La famine en Ukraine à travers lesrapports des diplomates italiens 1932-1934, Cahiers du Monde junio 1989.

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